Conflictos por la herencia familiar

Conflictos por la Herencia Familiar

Abogados de familia y psicólogos especializados coinciden en que el reparto de bienes ocupa el primer puesto de los enfrentamientos familiares

«Una herencia sin problemas no es una herencia. Es un milagro».

La frase la dice alguien con conocimiento de causa. Un notario. Porque, cuando se habla de legados, rara es la casa que no ha sido escenario de roces, cuando no de una auténtica batalla. Las disputas por herencias no entienden de clases sociales.

«Las herencias están en el podio de los conflictos a nivel familiar, social e incluso empresarial. Si no acaban en un juzgado, al menos lo hacen en un despacho de abogados«

explica el periodista Jesús Salgado, autor de ‘Hasta que la herencia nos separe’ (La Esfera de los Libros), en el que reúne algunos de los conflictos más sonados entre los herederos de grandes fortunas de España.

«No es sólo un tema de dinero. Hay amor y desamor, pulsos entre hermanos por el liderazgo del clan, celos, traiciones, padres que desheredan a sus hijos por temor a que dilapiden el patrimonio familiar…», explica Salgado, que pone como ejemplo uno de los casos más recientes: el de los Ruiz Mateos.

Rumasa. La estafa también dentro de casa

La querella de Begoña Ruiz-Mateos -una de las siete hijas del empresario- contra sus hermanos varones amenaza con socavar los cimientos del clan. Un clan que hasta hace bien propio presumía de su férrea unión incluso enviando DVD de sus fiestas familiares a directivos del Banco Santander.

Ruiz-Mateos decidió legar su entramado empresarial a sus seis hijos varones, y acordó compensar a las siete hijas con «importantes cantidades dinerarias, bienes o activos», sin concretar cifras. El problema llegó cuando Nueva Rumasa se vio falta de liquidez, y los hijos hipotecaron bienes de sus hermanas. Entre ellos, la vivienda de Begoña, «quien no sólo no está cobrando las asignaciones económicas, sino que además podría perder su casa», afirma Salgado.

Además, el hecho de que los titulares de las empresas sean los hijos podría traer un segundo problema: si el Estado es finalmente obligado a indemnizar a la familia por la expropiación de Rumasa en 1983, serían los titulares de las empresas quienes controlarían el dinero.

Los Llongueras y los Thyssen

Carmen Thyssen. | Efe

 

Otro caso muy sonado y perfecto ejemplo de «cría cuervos» fue el de los Llongueras, resalta Salgado. La ex esposa y las dos hijas del primer matrimonio del peluquero le informaron por burofax de que estaba «despedido» y que cobraría una indemnización de apenas 6.000 euros. Fue una medida para hacerse con el control de la empresa y desposeer de capacidad de maniobra al peluquero, a la segunda esposa de éste y a los tres hijos que tiene con ella.

Ahora, si hay un caso especialmente mediático es el de los Thyssen. Tras años de enfrentamiento entre Carmen Cervera -su quinta esposa- y los hijos del barón por la herencia, el millonario holandés «dejó a cada heredero lo que él consideró oportuno» y les hizo firmar un pacto de silencio en virtud del cual si alguno da a conocer sus bienes, perdería los derechos hereditarios.

Hoy la baronesa se enfrenta a su hijo Borja, quien le reclama su parte, con el problema de que ella no puede hacer público lo que heredó, pues lo perdería.

Junta de accionistas en el interior de un coche

Que la Junta General de la empresa Gullón se celebrara en el interior de un coche da idea de hasta qué punto llegó el desencuentro en el seno de esta familia. La propietaria de la ‘galletera’, María Teresa Rodríguez, fue destituida de la presidencia por sus hermanos y tres de sus hijos, que además despidieron a su ‘mano derecha’, el director general de la compañía, Juan Miguel Martínez.

La junta de accionistas de los Gullón.

 

Tras una serie de ‘tiras y aflojas’ en Aguilar de Campoo, un pueblo de apenas 7.000 habitantes, la viuda de Gullón convocó una junta de accionistas que, al impedir los hijos que se celebrara en la sede de la empresa, se hizo en un Mercedes. Allí se aprobó cesar de sus cargos a los tres hijos y hermanos, y que María Teresa recuperara el control total de la compañía.

Los litigios no son exclusivos de las grandes fortunas españolas. Esta misma semana la guerra que enfrentaba a Michel Lacoste, ex presidente de la marca de polos, y a su hija Sophie Lacoste Dournel ha acabado con la cesión de casi la totalidad del capital del grupo al suizo Maus Frères.

Herencias ‘con sorpresa’

Por si no fuera suficientemente complicado el escenario de las herencias, en los últimos años han aparecido nuevos actores: las separaciones y los hijos extramatrimoniales. Porque, ¿cómo se calcula la pensión de viudedad cuando una persona ha estado casada en dos ocasiones? «De forma proporcional a los años que hayan vivido juntos», explica Salgado, refiriéndose a los casos anteriores al cambio de legislación en 2010.

Es decir, aunque estén separados legalmente, la primera cónyuge tiene derecho a pensión. «Se puede dar la paradoja de que la primera esposa cobre mucha más pensión que la última por el hecho de haber durado más el primer matrimonio».

Otro caso no tan infrecuente como en principio pudiera parecer es el de los hijos extramatrimoniales. Familias que al fallecer el progenitor no sólo descubren que el padre llevaba una doble vida y tenía otra familia, sino que además tienen que repartir la herencia con esos hijos, que tienen exactamente los mismos derechos.

‘Cazaherencias’

«El Estado español ingresa anualmente una media de cinco millones de euros de personas fallecidas sin herederos», explica Salgado. Aquí es donde entran en juego los ‘cazaherencias’. Personas que rastrean legados sin propietario para comunicárselo a Hacienda y así quedarse con el 10%.

Una figura reconocida por la ley y que «se está profesionalizando». Sólo en 2009 el Estado ingresó 2,4 millones euros por este concepto y reconoció el derecho en 16 casos de ‘cazaherencias’, que recibieron 1,7 millones. «110.000 por delator», afirma el autor que, además, revela que Galicia «es un paraíso para los ‘delatores’, porque mucha gente emigró y no tienen herederos».

FUENTE: EL MUNDO